viernes, noviembre 24, 2006

La producción de PVC
Numerosos estudios sobre las emisiones al aire, los vertidos y los residuos generados durante la fabricación del PVC han constatado la formación y emisión al entorno de sustancias organocloradas extremadamente tóxicas, junto a metales pesados y otras sustancias contaminantes.
En España, la industria del PVC ha sido objeto de denuncias por parte de las autoridades judiciales y de Greenpeace, por sus accidentes, vertidos y residuos contaminantes. Destacamos las principales denuncias a los tres fabricantes de PVC en España:
SOLVAY (Martorell, Barcelona): La Fiscalía de Medio Ambiente de Barcelona ha denunciado denuncia a esta factoría por sus reiterados vertidos tóxicos al río Llobregat. Los niveles de vertidos de varios contaminantes sobrepasan ampliamente la legislación vigente. El pasado 16 de mayo de 1996 tuvo lugar el primer juicio oral contra dos directivos responsables de estos vertidos, a los que la Fiscalía pide 2 años de prisión menor y una multa de 7'5 millones de pesetas. Aún no se conoce la sentencia de este juicio y están pendientes de celebración otros dos. La Confederación Hidrográfica del Pirineo Oriental ha sancionado en varias ocasiones a la empresa por sus vertidos al Río Llobregat. En la actualidad la empresa en lugar de depurar los vertidos, quiere verter los efluentes contaminantes al mar Mediterráneo mediante un colector.
En 1993, las principales asociaciones ecologistas de Cataluña, Greenpeace y varios ayuntamientos afectados por la construcción ilegal de una incineradora de residuos tóxicos denuncian públicamente esta situación. La empresa no había pedido permisos a las administraciones implicadas y había obviado los trámites administrativos obligatorios. Tras las denuncias, la empresa realizó los trámites, aunque irregularmente, legalizando su situación. Las entidades mencionadas anteriormente han presentado un contencioso administrativo contra el Departamento de Medio Ambiente por todas estas irregularidades.
AISCONDEL (Vila-seca, Tarragona): En 1995 vecinos de la localidad denunciaron el vertido de residuos tóxicos en un erial colindante a la fábrica. Análisis de Greenpeace y declaraciones de trabajadores desvelan que la empresa había estado vertiendo residuos con elevadas concentraciones de sustancias organocloradas extremadamente tóxicas y metales pesados, directamente en el suelo, sin ningún tipo de aislamiento del entorno. Análisis de dioxinas desvelaron que sólo se conocen en el planeta dos lugares con los suelos más contaminados con dioxinas que este erial. Tras la denuncia la empresa ha trasladado los residuos a un lugar desconocido con la autorización de la administración catalana. La Fiscalía de Tarragona ha comenzado una investigación.
ELF ATOCHEM (Miranda de Ebro, Burgos): En los últimos años ha sufrido varios accidentes graves que han implicado la explosión e incendio de tanques de cloruro de vinilo y de PVC. La propia empresa reconoció la formación de dioxinas durante el incendio pero se negó a facilitar los resultados de los análisis. Además, en varias ocasiones han tenido fugas de ácido clorhídrico, amoníaco y polvo de PVC. El último accidente se produjo días después de que la fábrica presentara a las autoridades y medios de comunicación locales su nuevo plan de seguridad.
La industria del PVC española no cumple con la legislación vigente ni facilita información sobre su comportamiento ambiental, dos de los puntos básicos recogidos en el compromiso voluntario "Responsible Care", al que se han adherido.
Riesgos de transporte
Los materiales básicos para la producción de PVC, cloro, etileno, cloruro de vinilo, se fabrican en muchos casos lejos de las plantas donde se transforman en PVC.
En España, por ejemplo, el cloruro de vinilo se fabrica en las plantas de Martorell y Vila-seca, localidades de Cataluña desde donde se transporta por ferrocarril a fábricas de Monzón (Huesca), Miranda de Ebro (Burgos), Hernani (Guipuzcoa) y además a Ferrara (Italia). Para llegar a estos lugares los ferrocarriles cargados con el cloruro de vinilo, una sustancia cancerígena, altamente inflamable y explosiva, atraviesan zonas densamente pobladas. En caso de accidente, como los ocurridos ya en muchos países, podría producirse una tragedia.
El PVC contiene aditivos tóxicos
Los productos de PVC incluyen en su composición numerosos aditivos que le confieren las características específicas que necesitan. Entre estos aditivos se encuentran estabilizantes, plastificantes, pirorretardantes, pigmentos, biocidas...etc, en cuya composición intervienen numerosas sustancias tóxicas: metales pesados (cadmio, plomo), ftalatos, parafinas cloradas, biocidas...etc.
La gran toxicidad de estas sustancias y sus graves efectos sobre la salud está recogida en los libros de toxicología. Destacamos, por su importancia los FTALATOS, sustancias utilizadas como plastificantes que se encuentran en todos los productos blandos o elásticos, como envases, mangueras y tuberías, juguetes, bolsas de suero y sangre ...etc.
Estudios de varios investigadores europeos y americanos indican que los ftalatos son contaminantes hormonales. Esto es, afectan al sistema hormonal produciendo distintos daños en el organismo, incluyendo la pérdida de fertilidad masculina.
El reciclado del PVC
Los datos hablan por si solos. En Alemania, uno de los principales fabricantes mundiales de PVC y país que tiene datos sobre este tema, se recicla un 2% de los productos de PVC utilizados por los consumidores. Destacamos que Alemania es uno de los países Europeos con mayores índices de reciclaje de los componentes de las basuras.
Un informe publicado en Alemania por el centro de investigación Forshungszentrum Karlsruhe asegura que las posibilidades de reciclar este material, incluyendo el reciclaje en las fábricas de los restos de producción, son como máximo de un 25% en los próximos 5 años, cifra muy lejana al 100% que reclaman los fabricantes de PVC.
Otro aspecto destacable es que los productores de PVC acusan a la Administración de no llevar a cabo la recogida selectiva del PVC, intentando con ello, trasladar a los ayuntamientos la responsabilidad sobre su material contaminante y los enormes costes que implica separar el PVC del resto de plásticos.
Así, los fabricantes de perfiles de ventanas de PVC de Alemania han instalado una planta de reciclaje de este producto. Aseguran que pagan 250 DM (20.000 pts) por cada tonelada de ventanas viejas entregadas en fábrica y que convierten el material reciclado en ventanas nuevas. El coste de recoger y trasladar las ventanas viejas a la planta es muy superior a 250 DM/ tonelada. Los fabricantes pretenden que este coste sea asumido por la Administración. Periodistas de toda Europa son invitados a conocer esta fábrica por los fabricantes de PVC. Desde luego los gastos de estos viajes los asumen los fabricantes.
El proceso de reciclaje de PVC también conlleva emisiones de sustancias tóxicas al medio ambiente. Durante la trituración y pulverización se ha documentado la emisión de ácido clorhídrico y benceno.
En un documento interno, representantes de la industria del PVC reconocían el valor de relaciones públicas que tiene mantener estas plantas de reciclaje de PVC a pesar de su coste económico para las empresas.
El peligro del producto
El PVC genera inevitablemente ácido clorhídrico, dioxinas y otras sustancias organocloradas de extrema toxicidad cuando se quema, ya que lleva cloro en su composición. Tanto análisis de lugares incendiados, como pruebas de laboratorio, han corroborado estas emisiones. El libro "Dioxinas y Furanos", publicado recientemente por el MOPTMA incluye una descripción de los procesos químicos que dan lugar a la formación de dioxinas al quemarse PVC.
Por otra parte, el PVC (botellas de agua, envases, embalajes, juguetes, bolsas...etc) representa la principal fuente de cloro en los residuos urbanos, por ello, la formación de dioxinas en las incineradoras y vertederos de basuras es debida fundamentalmente al PVC. Estudios publicados en revistas internacionales de gran prestigio, como Chemosphere, confirman este hecho.
Las dioxinas
Las dioxinas (policlorodibenzodioxinas, policlorodibenzofuranos y otras sustancias relacionadas, como PCBs), son uno de los grupos de sustancias químicas más estudiados debido a su gran toxicidad. Se forman como subproducto en procesos industriales en los que interviene el cloro, incluyendo la combustión de sustancias cloradas. Son conocidos los graves efectos causados por las dioxinas emitidas tras el accidente de una industria química en Seveso (Italia), los daños sobre los soldados americanos que lucharon en Vietnam y sus descendencias ocasionadas por las dioxinas que contaminaba el Agente Naranja, o la evacuación de miles de personas en Times Beach, Missouri (EE.UU.), al descubrirse niveles elevados de dioxinas en las carreteras locales que durante años habían sido rociadas con aceite industrial residual contaminado con dioxinas para evitar el polvo.
Las dioxinas son sustancias persistentes y con tendencia a bioacumularse en toda la cadena alimentaria, de forma que su concentración aumenta en los eslabones superiores, donde se encuentra el ser humano. Por este motivo y por su elevada toxicidad, las dioxinas se encuentran entre el grupo de 12 sustancias (docena sucia) con prioridad para su eliminación que contempla el Convenio de Estocolmo sobre Compuestos Orgánicos Persistentes.
Existen numerosos estudios sobre los efectos tóxicos de las dioxinas: cáncer, daños a los sistemas inmunológico, reproductor, endocrino, nervioso, alteraciones del desarrollo intelectual infantil...etc. Muchos de estos daños pueden ocurrir a dosis a las que las poblaciones de algunas zonas industrializadas ya están expuestas. Las dioxinas son sustancias cancerígenas, demostrado en animales de experimentación y probables en los seres humanos.
La eliminación del PVC
Los fabricantes de PVC aseguran que le eliminación del PVC tendría graves repercusiones económicas en España y que más de 80.000 puestos de trabajo se perderían en caso de que se prohibiera el uso de este material.
Sin embargo, la realidad es muy distinta. Tal como expone el sindicato de la madera y el plástico de Alemania, los fabricantes de PVC incluyen en estas cifras a los trabajadores de las empresas transformadoras, envasadoras y recicladoras, cuando estas empresas NO se verían afectadas por una eliminación del PVC ya que utilizarían materiales alternativos para fabricar o envasar sus productos.
Por tanto, en España, la discusión sobre el PVC y el empleo se reduce a las empresas productoras de PVC que contaban en 1994, según los fabricantes de PVC, con 1.795 trabajadores (480 en Aiscondel,244 en Elf Atochem y 1.035 en Solvay). Estas cifras tampoco son fiables, Solvay recientemente ha declarado que cuentan con 600 trabajadores en el complejo Solvay-Viniclor-Hispavic y Elf Atochem ha llevado a cabo una reducción de plantilla en su fábrica de Miranda de Ebro.
Por otra parte, un estudio sobre los costes de llevar a cabo la eliminación de la industria del cloro en Alemania, encargado por el Ministerio de Medio Ambiente de Hesse, conocido como estudio Prognos, evaluó los costes de eliminar el uso de PVC mediante la sustitución por productos más respetuosos con el medio ambiente. Entre las conclusiones destacaba que el 95% del PVC es técnicamente sustituible y que sustituir en los próximos 15 ó 20 años el 50% del PVC utilizado en Alemania implicaría un incremento de solo un 4% sobre los costes de utilización del PVC, que además conllevaría la creación de un 4% más de empleos.

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